Ayer me dijiste que me querías, fue suave al oído hasta el punto en que casi no te escuchaba, te di un golpe porque creí que era una mentira, me sonreíste y no dijiste nada, peros tus labios rozaron los míos dulcemente.
Ayer soñé con que me decías que me querías, todo lo creí una burda mentira, y lo era, un sueño, nada más que eso, sólo una ilusión de mi mente cansada.
Dijiste que me querías y supe que nada era real, porque no me quieres, me lo dijiste aquel día. La quieres a ella y yo lo quiero a él, con su sonrisa encantadora y su mirada color miel.
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