No te prometo de nuevo mi amor, ni quedarme a
tu lado. Cuando el mañana llegue me iré y sólo seré un recuerdo de lo que una
vez fue. Caminarás por la calle y tal vez pienses en mí, pero lo más probable
es que no.
Porque cuando el sol salga y tus lágrimas se
vayan, desearás nunca haberme conocido. Mirarás tu reflejo en los vidrios de
las tiendas, te arreglarás el cabello y olvidarás por completo que una vez
fingiste no ver cómo me acercaba a ti desde el otro lado de la calle.
Mi nombre a duras penas se mencionará durante
las cenas con tu familia, nadie querrá traerte malos recuerdos. Seremos dos
entidades separadas que en algún momento estuvieron juntas.
Y así, poco a poco mirarás el cielo y no te
preguntarás si sigo ahí, a la vuelta de una esquina o sentado en la mesa de
algún café, dejarás de inquirir qué estarías haciendo si estuviera ahí.
Y yo… Yo estaré aquí, esperando que vuelvas a
ser feliz.